Un tribunal federal de apelaciones de EE.UU. ha invalidado la mayoría de los aranceles globales de importación impuestos por el expresidente Donald Trump, en una disputa que se prevé que llegue a la Corte Suprema de los Estados Unidos.
La decisión, emitida por el Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal en Washington, D.C., permite que los aranceles permanezcan en vigor mientras la administración decide si presenta una apelación ante la Corte Suprema de EE.UU.
El fallo respalda una decisión emitida en mayo por el Tribunal de Comercio Internacional de EE.UU. (CIT), que dictaminó que el presidente carecía de autoridad legal para ordenar, mediante órdenes ejecutivas, una serie de aranceles globales impuestos a los socios comerciales de EE.UU.
El tribunal dictaminó que el presidente tiene la autoridad legal para imponer aranceles sectoriales limitados, como los aplicados a las importaciones de acero y aluminio, pero excedió su poder con los aranceles globales a las importaciones que declaró por primera vez en abril.
En el centro de la disputa se encuentra el alcance de una ley de seguridad nacional promulgada en 1977 conocida como “IEEPA” (Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional). La ley autoriza al presidente a “regular” el comercio internacional después de declarar una emergencia nacional.
Trump, el primer presidente en utilizar la IEEPA para imponer aranceles, ha afirmado que los impuestos a las importaciones estaban justificados dadas los desequilibrios comerciales, la disminución del poder manufacturero de EE.UU. y el flujo transfronterizo de drogas.
En una publicación en su sitio web de redes sociales Truth Social, el presidente dijo: "Un Tribunal de Apelaciones altamente partidista dijo incorrectamente que nuestros aranceles deberían eliminarse, pero saben que Estados Unidos de América ganará al final. Si estos aranceles alguna vez desaparecieran, sería un desastre total para el país".
Implicaciones y Próximos Pasos
La decisión del tribunal de apelaciones tiene importantes implicaciones para el comercio internacional y la autoridad del presidente de los Estados Unidos en materia de política comercial. Si la administración decide apelar ante la Corte Suprema, el caso podría tener un impacto duradero en la forma en que se regulan las relaciones comerciales entre Estados Unidos y otros países.