La Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro es la manifestación de fe más profunda en el norte argentino. Más que una simple tradición, es un evento que trasciende generaciones, tocando el corazón de locales y visitantes, y sigue siendo el núcleo espiritual del pueblo salteño.
Orígenes de una devoción centenaria
La historia de esta devoción se remonta a 1592, cuando Fray Francisco de Victoria, obispo del Tucumán, recibió dos imágenes como obsequio para sus tierras: un Cristo crucificado de tamaño natural y una Virgen destinada a Córdoba. Ambas fueron encontradas en cajas de madera flotando en el puerto del Callao, Perú, y llevadas a Salta en un viaje de más de 2800 kilómetros.
El terremoto y el milagro
Durante un siglo, el Cristo permaneció en la sacristía de la Catedral. En 1692, un terremoto sacudió la región, y la imagen de la Virgen cayó del altar, quedando de pie a los pies de la cruz. Cuando el Cristo fue sacado en procesión el 15 de septiembre, los temblores cesaron. Desde entonces, Salta renueva su fidelidad al Señor del Milagro, su protector.
Una peregrinación multitudinaria
Con el tiempo, la celebración evolucionó hasta la gran procesión actual. Cientos de miles de peregrinos llegan cada año desde distintos puntos, caminando días enteros a través de montañas y valles, con rezos y cantos de esperanza. Esta fe se manifiesta en los pies polvorientos de los caminantes y en la solidaridad de las comunidades que los reciben.
Desde La Puna, los Valles Calchaquíes, Santa Victoria Oeste, el norte salteño, Córdoba, Entre Ríos, Tucumán y numerosas ciudades de la provincia, los fieles recorren cientos de kilómetros a pie o en bicicleta, expresando su devoción y solidaridad. La peregrinación combina fe y ayuda comunitaria, destacando por gestos de generosidad. Los peregrinos no solo reciben alimentos y apoyo de las comunidades que atraviesan, sino que también comparten donaciones con los más necesitados.
La Fiesta del Milagro es un símbolo de protección y unidad para Salta, un evento que une a miles en una muestra de fe y devoción.