La selección alemana se enfrentó a Francia en el partido por el tercer puesto de la Nations League, buscando redimirse tras una dura derrota en las semifinales. El entrenador Julian Nagelsmann realizó varios cambios en la alineación, apostando por una estrategia diferente para intentar superar al equipo francés.
Cambio de esquema táctico: ¿la clave para la victoria?
Una de las modificaciones más destacadas fue el cambio en la defensa. Nagelsmann optó por una línea de cuatro defensores en lugar de la línea de cinco que había utilizado en el partido anterior contra Portugal. David Raum ingresó como lateral izquierdo, reemplazando a Maximilian Mittelstädt, mientras que Jonathan Tah, Robin Koch y Joshua Kimmich completaron la defensa. La inclusión de Raum buscaba aportar mayor solidez y proyección ofensiva por la banda izquierda.
Mediocampo renovado: equilibrio y contención
En el mediocampo, Pascal Groß sustituyó a Aleksandar Pavlovic, quien había tenido un desempeño irregular en el partido anterior. Groß formó pareja con Leon Goretzka, buscando un mayor equilibrio y contención en la zona medular. La misión principal era frenar los ataques de Francia y proporcionar una plataforma sólida para los delanteros.
El factor Mbappé: un peligro constante
A pesar de los cambios tácticos, Alemania enfrentaba una dura prueba ante una selección francesa liderada por Kylian Mbappé. El delantero francés representaba una amenaza constante para la defensa alemana, con su velocidad, habilidad y capacidad goleadora. La clave para Alemania era limitar el espacio y tiempo de Mbappé, evitando que pudiera explotar sus virtudes.
El partido prometía ser un duelo táctico interesante, con Alemania buscando la revancha y Francia intentando consolidar su posición como una de las mejores selecciones del mundo. El resultado final dependería de la capacidad de Alemania para ejecutar su plan de juego y neutralizar el peligro de Mbappé.