Beyoncé cerró su exitosa serie de seis conciertos en el Tottenham Hotspur Stadium de Londres con una emotiva despedida que dejó al público eufórico. La superestrella, visiblemente conmovida, confesó a sus fans que no quería irse, inundada por la gratitud tras una serie de shows inolvidables.
Un Tributo a la Reina del Rock
Vestida con una camiseta con la imagen de Tina Turner, Beyoncé hizo una pausa durante el final de su Cowboy Carter Tour para tocarse el pecho y señalar a la fallecida leyenda musical, rindiéndole un dulce y sentido homenaje. La multitud respondió con una ovación ensordecedora, coreando el nombre de la artista.
Con una sonrisa radiante, Beyoncé admitió: "No quiero irme a casa". Acto seguido, se recompuso para interpretar su icónico éxito, "If I Were a Boy", ante el delirio de sus fans.
Un Récord Histórico en Londres
La residencia de Beyoncé en Londres fue un hito histórico, atrayendo a más de 275,000 personas a lo largo de seis noches y generando más de £45 millones en ventas de entradas, según datos del recinto. Este logro la convierte en la artista con mayores ingresos en la historia del Tottenham Hotspur Stadium y la primera en ofrecer seis conciertos en el lugar, superando su propio récord de cinco espectáculos establecido durante su Renaissance World Tour en 2023.
Reivindicando la Herencia Afroamericana en la Música Country
Más allá de los récords y la emoción, el Cowboy Carter Tour de Beyoncé está generando un impacto cultural significativo. La artista está reescribiendo la historia del Oeste americano, celebrando a artistas country negros y desafiando un género que históricamente no ha sido inclusivo. Colaboraciones con talentos emergentes como Tanner Adell y Brittney Spencer son una declaración de solidaridad y reivindicación.
Además, Beyoncé rindió homenaje a The Beatles interpretando su versión de "Blackbird", rebautizada como "Blackbiird" en su álbum Cowboy Carter, agradeciendo a Sir Paul McCartney por escribir "una de las mejores canciones jamás escritas".
El impacto del Cowboy Carter Tour se extiende más allá de la música. La estética vaquera ha experimentado un auge, impulsando la economía de negocios propiedad de afroamericanos. Desde botas vaqueras hasta chaquetas con flecos y sombreros western, la demanda se ha disparado, beneficiando a diseñadores y emprendedores negros que están ganando visibilidad en un mercado que tradicionalmente los ha marginado.