Argentina busca ingresar al programa de exención de visa de EEUU: ¿Qué implica?

Argentina ha iniciado formalmente el proceso para ser incluida en el Programa de Exención de Visa (Visa Waiver Program) de Estados Unidos. Este programa permitiría a los ciudadanos argentinos viajar a EE.UU. por turismo o negocios sin necesidad de tramitar una visa tradicional, por períodos de hasta 90 días.

El camino hacia la exención de visa: un proceso largo y complejo

Si bien la firma de la carta de intención con la Secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, representa un primer paso importante, las autoridades advierten que el proceso será extenso y complejo. Se estima que podría tomar al menos un año, e incluso entonces, no se garantiza el éxito. La administración de Javier Milei deberá adaptar sus controles migratorios para cumplir con los requisitos de seguridad de EE.UU.

¿Qué implicaría la exención de visa para los argentinos?

La eliminación de la visa agilizaría los viajes, evitando la necesidad de entrevistas en la Embajada de EE.UU. y reduciendo costos. El trámite electrónico (ESTA) tiene un costo significativamente menor que la visa tradicional. Sin embargo, el ESTA tiene una validez de dos años, frente a los diez años de la visa, y el período de estadía permitido sigue siendo de 90 días.

Las exigencias de EE.UU. en materia de seguridad

Para avanzar en el proceso, EE.UU. ha planteado exigencias severas en materia de control migratorio. Entre ellas, se incluyen mayores controles en el otorgamiento de pasaportes a ciudadanos de ciertos países, como Rusia y Venezuela. También se han expresado preocupaciones sobre la seguridad en la Triple Frontera y la presencia de grupos criminales en el país. La administración de Milei deberá demostrar su compromiso con la seguridad y la cooperación bilateral para lograr la exención de visa.

  • Mayor control en la emisión de pasaportes.
  • Refuerzo de la seguridad fronteriza.
  • Cooperación en la lucha contra el crimen organizado.

El ingreso al Visa Waiver Program representaría un nuevo gesto de acercamiento geopolítico con la administración estadounidense, pero también implica un desafío para Argentina en términos de seguridad y control migratorio.

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