El mundo del fútbol siempre nos regala historias increíbles, pero pocas tan impactantes como la de Cristian "Pochi" Chávez. El ex jugador de Boca Juniors, a sus 39 años, decidió volver al ruedo para ayudar a Jorge Wilstermann de Bolivia, club donde es ídolo. Lo que prometía ser un emotivo regreso se convirtió en una pesadilla en cuestión de minutos.
Un regreso inesperado
Chávez, quien había colgado los botines hace tres años, asumió el rol de entrenador en Wilstermann. Sin embargo, la grave crisis económica del club, sumada a la imposibilidad de contratar refuerzos, lo obligó a tomar una decisión drástica: volver a jugar. La directiva designó a Humberto Viviani como director técnico para evitar conflictos de interés, permitiendo que Chávez se concentrara exclusivamente en el campo de juego.
Nueve minutos fatales
El ansiado retorno se produjo en el partido contra San Antonio Bulo Bulo. A los 15 minutos del segundo tiempo, Chávez ingresó al campo con la camiseta número 10, recibido con una ovación por la hinchada que recordaba sus glorias pasadas, especialmente su destacada participación en la Copa Libertadores 2017. Sin embargo, la alegría duró poco. Apenas nueve minutos después de su ingreso, en una disputa por el balón, Chávez realizó una entrada imprudente sobre Adalid Terrazas. El árbitro, tras revisar la jugada en el VAR, no dudó en mostrarle la tarjeta roja directa.
Un presente complicado para Wilstermann
La expulsión de Chávez no solo empañó su regreso, sino que también agravó la situación de Wilstermann, que atraviesa un momento deportivo y financiero delicado. El equipo se encuentra en los últimos puestos de la tabla y lucha por evitar el descenso. La vuelta de "Pochi" Chávez era una apuesta para levantar el ánimo y revertir la situación, pero el destino le tenía preparada una jugada muy diferente.
Este incidente sirve como un recordatorio de lo impredecible que puede ser el fútbol y de cómo, a veces, las mejores intenciones pueden terminar en un desenlace inesperado.